Viaje Relámpago a Panamá y la Cinta Costera

Cómo es que dice el dicho?, "uno propone y Dios dispone". 

Mi último viaje a Panamá fue a finales de Enero de 2009; dos semanas y media de vacaciones, visitas a la familia y amigos, playa y patronales...nada mal.

Este año mi plan era esperar hasta Diciembre, para pasar Navidad y Año Nuevo; quería quedarme unas tres semanas y tomar las cosas con calma, quizás ir a la reunión de mis amigos de la secundaria, pasar más días en Ciudad de Panamá y ver gente que no veo hace mucho tiempo.  Pero cosas pasan y a veces uno tiene que cambiar los planes.

A principios de Abril tuve que viajar de ya para ya a Panamá.  Pedí permiso en el trabajo un Martes y ya el Sábado en la mañana iba yo en un avión para mi querida tierra.

Hacía mucho tiempo que no tomaba un viaje sin Sacha; me tocó hacer escala en Miami y todo fue relativamente rápido y sin contratiempos. 

A mí me gusta viajar y la idea de estar en un aeropuerto, con aviones saliendo para diferentes destinos en el mundo, es siempre muy excitante e inmediatamente me pone en mi modo explorador.  Tambien me fascina cuando el avión se va elevando y uno ve la ciudad que se va alejando lentamente; igualmente me gusta cuando la nave va llegando al destino y por lo contrario, uno ve la ciudad que se va acercando y poco a poco se van definiendo calles y avenidas, tráfico, árboles, ríos.

Sólo estuve en Panamá una semana, así que no hubo oportunidad de hacer muchas cosas.  Pero no podía salir de mi país sin por lo menos ver algo nuevo, así que en mi último día me anime a visitar la Cinta Costera.

 

La camine desde el Extreme Planet hasta un poco más allá de donde están las canchas de baloncesto, más exactamente hasta llegar el puente peatonal. 

La Cinta Costera me pareció una idea interesantes, a la que ojalá poco a poco se le hagan mejoras para sacarle partido a la infraestructura.

Lo que me gustó es que es un espacio abierto frente al mar, similar al Causeway; ví muchas personas de distintas edades, grupos etnicos y sociales, caminando tranquilamente y disfrutando la tarde.  Es un lugar donde se puede ir en bicicleta, patines, patinetas o simplemente caminar.

Un grupo numeroso de chicos jugaba baloncesto en las canchas y otros miraban el juego desde afuera.

 

Lo que no me gustó es que le hacen falta árboles y el calor de nuestro país puede ser un poco abrumador. Yo fuí como a las tres y media o cuatro de la tarde y estaba bastante caliente; en lugar de buscar sombra en los árboles, irónicamente la encontre en los altos edificios que forman un muro en la Avenida Balboa.   Además, en el tramo que camine creo que hay sólo un puente peatonal, pero la gente igual cruza en distintos puntos, jugándosela con los carros.  Me parece que tambien le hace falta trabajo en lo estetico, para que se sienta como una obra terminada, que complementa y embellece la ciudad. 

 

Espero poder ir a visitar a fin de año, pasar las fiestas con mi familia, visitar a mis amigos y traer nuevas historias para compartir con ustedes.


Comments

Hola Cloti,

Tu relato sobre los aterrizajes, me ha traído el recuerdo de mis viajes al Exterior pues mi emoción va en aumento proporcional al ángulo de aproximación. Luego, avistar el Canal y las luces de la ciudad, retocarme el maquillaje, sentir que tocamos tierra, desplazarnos por la pista y al fin respirar otra vez el aire cálido de nuestro Panamá es algo que no tiene comparación, ¿verdad?. Con alegría he leído que algunos de los nuevos residentes extranjeros se están contagiando de esta emoción de "volver a casa".

Saludos,

Hola y gracias por dejar un comentario. Sí, es emocionante volver a casa y esa nostalgia que tengo al estar lejos, pero que deja espacio para la alegría cuando voy llegando, es un sentimiento que no quiero que desaparezca. Saludos.