En el Día de la Tierra

Algunos de los eventos más mágicos y placenteros de mi vida han sido en alguna montaña, playa, río o en el patio de mi casa.

Mi memoria guarda en un sitio muy especial las caminatas descalza en el patio de la casa de mis padres, las aventuras con mi papá caminando desde un lugar del pueblo hasta otro a lo largo de las márgenes de un río y los paseos al río con mi hermano en busca de algún tesoro o secreto escondido bajo las rocas.  A estos recuerdos debo agregar un paseo a Stone Mountain con mi esposo, durante una fría tarde de Diciembre, cuando pudimos apreciar la puesta del sol y su desparición lentamente, como si el horizonte se lo hubiera tragado.

Todos estos han sido momentos maravillosos en mi vida; acompañados de charlas, unas triviales y otras profundas, así como de largos silencios; todos contribuyendo a construir mi relación con cada una de estas personas.

A pesar de que esos momentos son únicos y no volveran, la naturaleza nos ofrece todos los días esa oportunidad de disfrutar los misterios de la vida, la complejidad de nuestros ecosistemas y de ser testigos de toda la maravilla que nos rodea. En fin, todos los días son el Día de la Tierra.

Pero es bueno tener esta fecha para hacer un alto y meditar acerca de nuestro planeta, lo que significa para nosotros, lo que hacemos con el cada día y lo que podemos hacer para conservarlo.

Muchas cosas han cambiado alrededor mío desde mi infancia y muchas cosas han cambiado en Panamá desde entonces. Cada vez que regreso veo cosas nuevas, nuestro medio ambiente cambiando y los muchos retos que enfrentamos (por ejemplo el manejo de desechos).

Sin embargo, al mismo tiempo que hay tantas cosas en las que debemos mejorar, hay tambien sorpresas buenas que te alegran el día o te llenan de esperanza. En mi último viaje a Panamá tuve dos de esas sorpresas.

Durante mi visita a Chiriquí pase bastante tiempo con mis padres, así que disfrute al máximo de los pájaros que viven en los alrededores de la casa. Todos los días se ven pájaros de distintos colores, tamaños y sonidos, pero hubo uno que me obsesionó desde el momento que lo ví: el momoto (blue crown motmot) o momotus momota lessonii (por su nombre latino).

Fue una tarde ya casi a las siete de la noche, cuando mi mamá me señaló hacia el árbol de aguacate que está próximo a la terraza. Estaba casi oscuro y sólo se veía una larga silueta sobre una de las ramas; "ese pájaro llega de vez en cuando", me comentó mi mamá.  Fuí rápido por la cámara, pero no me dió demasiado tiempo para fotografiarlo.

Me decepcione mucho, pero la mañana siguiente, mientras lavaba los platos del desayuno, lo aviste a traves de la ventana. Era hermoso, con sus brillantes colores, su larga cola y su calma. Yo no contaba con un buen lente para fotografiarlo, sin embargo me dejó tomar fotos por un largo tiempo y no parecía asustarse ante mi presencia. No sólo me dió oportunidad de tomar unas fotos, pero tambien admirarlo y disfrutarlo.

La otra placentera sorpresa fue en un viaje al área fronteriza con Costa Rica, en Paso Canoa. La última vez que había estado en este lugar había tanta basura, que deprimía. Como era posible que la entrada al país, por la que pasa todo aquel que viene de Centroamerica, estuviera tan descuidada.

La verdad es que esperaba encontrarme con el mismo cuadro deprimente. Pero no, para mi sorpresa, Paso Canoa estaba limpio(digo, bastante limpio). Ya no había la basura acumulada a lo largo de la carretera que lleva a Puerto Armuelles.

Para quien quiera que sea el responsable de esta notable mejora, mil felicidades y por favor que continue así. Igual, es importante que los comerciantes del área comprendan que a la gente le gusta un lugar limpio, así que proactivamente deben encontrar formas de manejar los desechos. Y por supuesto, la comunidad tambien debe cooperar para que esta mejora no sea simplemente una fogata de papel, pero una nueva actitud que permanezca para siempre.

Todos los días son el Día de la Tierra.  Este planeta que nos ha acogido por miles de años y que no deja de sorprendernos con su bondad y su furia.

Estas celebraciones son sólo un recorderis de la importancia que tiene el que lo cuidemos. Aunque a veces no nos parece cierto, nuestros actos grandes y pequeños, durante cada momento de nuestra existencia, cuentan para conservar o destruir nuestro planeta.  

Celebremos el Día de la Tierra hoy, mañana y todos los días.